La idea es sencilla:
decides ser el amo de las palabras,
jugar, ser un poco borde y
situar los versos
en aparente desorden,
elaborar extrañas combinaciones,
frases ininteligibles
como si estuvieran poseídas,
puedes incluso decir que haces vanguardia,
que eres la hostia de original,
por si acaso parecería
que no tienes nada que decir.
Félix Menkar
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