B r e v i a r i o
Félix Menkar
Poemas escritos entre 2000 y 2011
Cuidar tortugas para
ralentizar los pasos
y plantar velas para que
iluminen la tierra.
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Breviario es singular y plural.
Aquí el pensamiento de
Menkar está al desnudo.
Un explorador del mundo
interior y exterior
de las coroileas,
aturdido por la impertinente
presencia
del azar.
Menkar repestreja el arte,
la política, la psicología…,
y aplica coherencia y estilo
a este sin sentido
que es la vida.
Amor y paparruchas para los
aquejados
de lucidez,
la enfermedad de los
cretinos.
Refugio
Sólo
soy amigo de lo propio, un confinado ciudadano apátrida de la mente. Aquí
estoy, esperando al borde de la locura custodiado por esta sociedad de
servicios. La cultura es transposición léxica, verdad emética. Apasionante y
apisonador. La voluntad perpleja e hiriente de nuestros lechos, la luz de una
bombilla jugando en el confín del caucho de nuestros apéndices. Anhelante. Alucinante.
Inmediato y colectivo: el vacío de lo lleno. Absurdos miedos, absurdas aves
domesticas. Hemos llegado a un tiempo-lugar en el que las sensaciones pueden
agruparse y crear una sola palabra, o como máximo dos. Ahí, en ese lugar, aguardaremos
o no, el momento apropiado.
(2000)
Hay que
reinventarse cada día uno mismo
Propósito para un atardecer naranja de otoño: convertirse en camaleón, llorar por la belleza robada, por las lunas de Orión y la tragedia humana, desplazarse pensativo sin molestar a los idiotas del disimulo, por si despiertan y te descubren diluyendo cultura en los territorios del arte. No dispongo de mucho tiempo (lo pierdo en discusiones inutiles). Habito entre depredadores y tengo pocas esperanzas de establecer pactos con ellos. La civilización reniega del progreso y éste reniega del concepto de existencia. Los humanos creamos armas para matar los sueños y también fabricamos losas para enterrarlos después. Establecemos la mala educación para una mayoría-morralla y negamos la libertad para los reclusos mentales, víctimas de la intolerancia de los normales. (2000)
Necesito ritos inciertos
La sutura que desvía los sentidos, o la interpretación de los sentimientos, el desacuerdo con la naturaleza.
Mirar en el espejo y descubrir lo que somos: payasos de las palabras. Hoy Evrugo, mañana Arte. El castigo por mi osadía, ser indigno. Manipulador, abomino de tu existencia, cumple con tu obligación, te han preparado para ello te sentirás satisfecho. así te han educado.
Evasiones y digresiones domésticas como estelas que surgen entre los dientes imitando los susurros de los artefactos y sus juegos mecánicos… ¿Que se siente siendo una sombra, observando la carne en movimiento?
Insolencia, satisfacción por encontrar aquellas palabras, despojos de un discurso, el trasiego y el sudor, descripciones borrosas de la cotidianidad; encuentros y desencuentros furtivos. Somos príncipes mediocres en la infamia.
(2000)
La
ilusión del significado
He provocado los vientos rituales, celebrado un acto de magia en el crepúsculo agónico, bailado con los pies juntitos al asomar la Luna. En aquel momento reclamé la visión perdida, soporté el cansancio, me asome a la grieta y me detuve. Cada lugar nuevo tiene algo que me sorprende. Un poema alucinante o las repugnantes algas negras, persiguiendo tu sombra entre flores sumergidas habituadas a los débiles reflejos esenciales, cantos de sirenas y estandartes, un dulce recuerdo, mudo ahora, grotesco antes que atormenta el oído medio. Me arrepentí de haber implorado piedad por tus recuerdos, maleficio y ráfaga. Ganas de estar, de disfrutar. El dulce encanto del tarot. No hay independencia sin responsabilidad. Coherencia asomando en el fondo de una lata de calamares en su tinta. Arrojo y pasión en los semáforos y la fascinación por las luciérnagas del camino. La carta facilitó la memoria e inventó un reflejo, la existencia de lo conceptual.
Sigo pensando tu rostro, intuyendo la sombra cuando todo esto acabe y no quede otra opción que el refugio en los gemidos ancestrales. Martes y dieciocho minutos después te vi, inventada, sugerida, alocada: viva.
(2001)
La filosofía es un virus
La filosofía es
un virus: una flor salvaje crece junto al caserón, entre la niebla; calma, el
humo es agradable. Hipnosis. Ave pintada de Marmoid, mientras el agua se
congela entre colores, ligamaza en la parte superior de la cáscara de huevo,
síncope y fusión del vapor de una mandarina, percibo la satisfacción en los
caramelos y una chispa de rabia en el hinojo, enojo, furia….aclamación.
Mirada a lo
alto, donde duermen las estrellas.
Tranquilo y
afortunado martes ferroviario, imágenes del mar, una cápsula interplanetaria
entre raíles, una joya en tu pecho, el quemazón latente, arde la pintura de la
flor del paraíso, próspero atardecer devorado por insectos multicolores, paseo
tranquilo por el camino de Swann, a Proust le cuesta arrancar…
Segmento del
trópico. El bosque somnoliento del edén, las cerezas derretidas en tu sexo y la
seducción al desnudo, esa zona tórrida, húmeda, brillante. La ninfa de alquiler
reluce entre visiones violeta.
Otro sueño
azul, salvaje, despertaré seguro para contarlo. Las mentiras tienes los dedos
largos
Enfoque, al ralentí de sus
pechos grandes bajo las ondas. Granos de paranoia, musgo negro, alma como un
huracán, naranjas amargas, el vestido siempre balsámico, perfil imaginado,
ardiendo en la chimenea. Repara las desdichas. Sonrisas que levantan arenales
en África, negra la espera, cavando surcos, dobleces, simulando encuentros
fingidos, montajes y despropósitos. Habitante de la metafísica: frente a frente
olvidaré los detalles de este instante armórico, el pálido hechizo, crepúsculo
del pasado, por otras vidas, otros tópicos, otros virus.
(2002)
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Arte-concepto (lo que más
vende), la escultura con misterio, el arte pobre, la caja de mierda o el pene
de parafina. La inspiración convertida en baba de caracol, en bragas de bronce
y sombras chinescas en una sala oscura; la evocación imaginaria elegida para la
ocasión como andamios del amor, la imposibilidad física de la muerte es un
tiburón tigre en formol, otros virtuosos embalsaman edificios y espacios
acuáticos, la ciudad como naturaleza muerta, el problema a solucionar del fin
de la historia, piezas inconexas de arte contemporáneo.
(2004)
Oficio mecánico
¿Dónde
estamos? En la unidad hermética para el lavado de adoquines. Bucles magnéticos,
rápidos, lentos, no sé quien dio toda la confianza a los camellos. La terapia
sónica, o la metrocultura en candilejas, la consistencia del acorde re menor.
Música
ratonera para regar orejas, paramecios que revisan originales, que trasladan
capitales y pintan camarotes.
Propuestas de acción: sudar nubes
y apartarse las legañas, coleccionar ceniceros como árboles que obstruyan las
paredes, calentar botijos la noche del viernes santo en una aldea de Badajoz; o
más extremas aún: plastificar el hierro, incrementar los espacios mentales,
movilizar los huertos con bailarines sintácticos, aclarar el agua, y quien
sabe, tropezar con Lucía descalza cuando regrese de matar al gato. Fin último,
recoger las gotitas del pomelo con un trapo sucio, sembrar opiniones en un
círculo de empresarios dementes, comprender la mucosidad de los rapsodas,
sembrar el planeta de información fraudulenta como si fuéramos un creativo
paradigmático de opiniones.
(2005)
Receta con re-celo
Abrazar una coliflor.
Aplicar grasa al pelo antes de ponerse el sombrero. Llorar por la pérdida de
una nota espuria. Desnudarse sin prisas, aliviar la presión de los frenos,
rellenar con merengue tu piel, sazonarla con ternura y romper con la rutina del
filete poco hecho. No entonar: cantar despacito. Silbar distraídamente sin
esperar nada de la redondez de los guisantes. Ser diferente buscando lo de
siempre. Comer.
(2006)
Seminario seminal
Se desliza alrededor del tiempo,
juega con la capacidad de mi sorpresa.
Caminar con espíritu aventurero, sin
cortapisas y con rompehielos. Rebuscar por los márgenes de los conceptos.
Controlar la imaginación desenfrenada. Grande y atractiva, la reconstruiremos.
El deseo, traficante de la memoria,
datos del caos que son escrutados por máquinas imperturbables, por cámaras
intestinas, orgasmo cibernético. La fuerza biológica del deseo. Para viajar con
anillos no hace falta salir del baño.
Escurridiza amiga, ubicua caracola,
estamos imposibilitados para lanzar una acción paralela, simbiótica, ardorosa,
sin deslizarnos por los terrenos movedizos de la querella y la discusión.
La rebelión, el acto. Preservar a los
poetas, a sus músicas de desconcierto, pánico para dictadores, evitar el sacrificio
antes de la orgía.
Navegante de la esfera, si en algo
valoras tu vida quédate quieto, deja pasar la furia, los jinetes de crispación
que recorren la llanura del despropósito. Bacalao con pimientos en la tarde
azulada de los valles del Sil, con mi amigo, que eres tu, andrógino educador
social de los sentidos.
(Nov.2006)
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Nos educamos en la orfandad, en el
balbuceo del lenguaje, en el explorar la necesidad de tocar las falanges, somos el
individuo ante el arte intermedia, un ingenio imperceptible, un dolor que
sufren los degenerados transeúntes patinando en las calles mojadas. Lo onírico
es enterarse de la situación postal de las montañas de la luna, del rumor, la fragilidad
que muestran los lenguajes.
Sospechamos que la izquierda es un
movimiento tenue que trata de domeñar al inconsciente, las trans-narraciones de
lo imaginado: la vanguardia siempre es militar.
Es un túnel con celajes y un suelo
pantanoso. Raíces y dieciséis ripios de un bolero inacabado. El secreto de la
vida no está en los libros ni en las gasas empapadas en sangre.
Ciclorama: el juicio o la
incandescencia alucinada.
Nos tienen amarrados con argollas
metálicas, raíces.
(13 enero 2007)
Ensayo del pavor
No te molestes, ya es tarde. No te
resistas, da comienzo la afrenta.
Deambula el heredero de aquel otro
teórico de la perplejidad que es su sombra, armado de poesía, inteligencia e
ironía, dispuesto a no dejar títere con cabeza, listo para degollar a ovejitas
pastorales, a elaborar sin parangón
deliciosas digresiones para dar paso al pensamiento sagaz y a la analítica
elegante.
”Hay tantos mensajes ocultos en las voces de todos...”
Después del salpullido es el momento
de agitar limpios pañuelos, recogedores persistentes de líquidos internos, el
trance de aspirar bocanadas de pestilencia salvadora, flecos viscosos de la
sociedad bárbara, cuerdas para colgarse de Dios.
El entorno inmediato del cerebro: los
pelos.
Se han sentado voces, se han
levantado los zurdos.
Calcetines, protectores de cristal
tintado arrojados por aquel, que es idéntico.. Las sorpresas se convierten
involuntariamente en pequeños elementos plásticos de formas precisas pero
incongruentes. Mildoscientosquince dolores sin precisar su origen. Bofetadas de
colores. Catarsis de los mendigos. Delirio de relojeros. Piel de legumbre. Capa
de sintasol recubierta de esperanza, de un pasado que construimos torcido.
Transversal y perezoso recorre el técnico de superficie las avenidas. Cristales
ajenos a su rotura bailan al ritmo de un saxo negro.
Transmisión de nudos, gatos mecánicos persiguiendo ratones coloraos. Niñas descalzas agachadas al pasar bajo el arco detector, el método de enseñanza, tratado enfermizo e ilícito. Superficie plagada de jarabe, de bilis de los justos, sangre de los infieles. Algoritmos de realidad.
(marzo 2007)
Las palabras nadan
Lengua y risa (sabores químicos), o asumir dieciséis palabras cortitas y una
frase inconexa durante la comida. Psicología de la técnica a la velocidad del
olvido o como trivializar lo maravilloso de las relaciones enomórficas.
Nadan las palabras, bocas incrustadas
que desatan los recuerdos en un líquido migratorio. Cumbres de cianuro, gusanos
de ceniza, deshielo sin gravedad. Los paseantes me hablan al oído: las
aceitunas asfixian.
El amor se cuece a fuego lento y el
pensamiento –aroma de la inocencia—siempre húmedo. Luna de marihuana en una
noche púrpura, los medios de desintegración revelan las insinuaciones de una
diosa perturbada.
Acariciar las sombras, acoger a los
fracasados. Espantar las moscas.
Aquellos que duermen se lo están
perdiendo. Ojos miopes desnudando cuerpos tipográficos, ratoneras aptas para
organismos de telepresencia. La vanguardia es olvido, encendidos están los
filtros de las cosas. Infinita será la caída hacia arriba (alzar el vuelo). La
sangre se evapora en un jardín de espejos. La memoria nos condena. La
literatura debería ser gratuita. Ojos y risa, fresca escarola con flores entre
la ropa. Matriz del viento, crujido y dolor, profanador del territorio,
manipulación y empuje. Un roce, un susurro, una risa: las palabras nadan.
(Nov. 2007)
Ab-solución
Día ciento cincuenta, aun recordamos los números. El balbuceo del lenguaje, volver sobre los pasos recientes y provocar el miedo, una labor cotidiana. La agitación, la ab-solución, el puntal de los espejos. El diseño, el sudor y las afinidades emocionales antes de la pesadilla.
Revisamos las fuerzas, renacer a la vida cada mañana. Llegar a la orilla. La fragilidad del lenguaje.
Es preciso llegar a la conmoción antes del impulso, correr hacia el mar, tener sitio para caminar.
La mano derecha tratará de someter con el tiempo al inconsciente; en el espacio de lo posible, la vanguardia siempre será atributo militar.
Aceite y almendras, un pastel para endulzar los dramas suicidas, la presión del dulce caníbal.
Bancos de agua, criaturas presuntamente inocentes ardiendo en un lago de fluidos, sus articulaciones destrozadas, ¿sentimos atracción por los insectos? ¡Absolución!
(1 diciembre 2007)
¡Los pacifistas que apilen los cadáveres!
Hubo un tiempo singular en que permanecimos
alejados de la estética del realismo documental.
¡Los pacifistas que apilen los cadáveres!
Que fuimos ajenos al clímax cerebral,
a los experimentos de conciliación social para extranjeros del alma.
¡Los pacifistas que apilen los cadáveres!
Ciudadanos abducidos por la maliciosa teología del poder,
del recorte o giro antropológico de la inadaptabilidad humana:
la palabra contra el sacrificio.
¡Los pacifistas que apilen los cadáveres!
Sufrimos amigos el ansia insaciable por el exotismo literario,
arranquemos suavemente la cabellera que irradia muerte tras el escenario,
el viaje interior debe ser simbólico y excelso,
el reflejo de un cielo brutal de primavera,
las musas aullando en los barreños de locura.
¡Los pacifistas que apilen los cadáveres!
Apliquemos digresiones defensivas.
Ejecutemos la ley del silencio.
Nos salva la alegría.
La lucidez está coja sin el humor.
Frente al vacío cada minuto cuenta.
¡Los pacifistas que apilen los cadáveres!
(diciembre 2007)
La música del universo
Saludar a los guardianes de mis obsesiones, tristemente simétricos.
Navegante
del arroyo, intoxicado con sus flores putrefactas, pasear de madrugada por la
ciudad maldita, simulacro de luna en los charcos reflejada, casillas
ajedrezadas, acaloradas y congestionadas por las jóvenes que vagabundean
retrasando su reloj biológico, el soplido de un impulso, el fuelle de un
acordeonista, arrojando melaza y corcheas para que tropieces y caigas
ensangrentado. La vida no vale nada si no estás justo a mi lado, quédate
callada, NI ME MIRES, el fin, la finalidad, el abismo, al doblar la calle, al
caer en mis brazos.
(enero 2008)
Las palabras mojan.
Siento el flujo de las voces, el
positivo sudor de los charlatanes en trance con sus enredos interminables.
Hemos perdidos el referente, lo olvidamos en el pasado. Miramos y que vemos: un
vivir sin fuentes, la sensación del acoso de la bestia, de todas las alimañas
prestas a devorar lo devorable, y después los gritos de horror y el silencio:
pegajoso atasco emocional. El nombre expuesto en mi boca, florecerá, será un
alivio una distensión atómica, la terapia contra la opresión del asumir, del
aguantar, la soledad petrificada.
Sin las consabidas revelaciones del
amor y sus implicaciones comujnes, con la emotividad taponada y mostrando los
cuerpos como enseres abandonados, pertrechados en burdos sacos, excusados, sin
la intimidad y el roce nuestras mentes que colapsan, e irremediablemente
revientan regurgitando la bilis nauseabunda, toda esa putrefacción almacenada
que salpica y masacra hasta a los inocentes. Conjuremos este vacío, este
estanque seco de apatía. Es preciso seccionar y abordar la gestión de nuestro
discurrir, deberíamos edificar en el tiempo amplios espacios para el debate de
lo necesario, de lo urgente, diseñar capsulas para los encuentros, para
mojarnos con las palabras.
(10
marzo 2008)
Desaparecida
Un arco
iris flotante espera tu llegada al alba. Lo puse allí en tu honor. No apareces,
maldita sea, quizás duermas ebria, esquiva, acabada. Yo paseo junto al agua
sucia, donde arrojaste nuestras últimas esperanzas, aire sucio, ciudad evito y
ya basta. Consigo llegar a mi asiento, está ocupado por un tipo con una jarra
helada, la cabeza como una batidora oscila hasta su entrepierna sudorosa, bebo,
hablo, bebo, pienso en una preciosa animadora que salió ayer en el periódico,
manejaba sus tetas como si de oropel se trataran, el cuerpo de cristal y su
cara vegetal, el musgo lo invade todo. Amada mía, me condenas, con letra
cursiva detallas mis desordenes escatológicos, no puedo evitar caer rendido a
tus labios y añorar los dibujos que trazabas en mi pelo. Mierda intelectual,
paparruchas y celulosa.
(22 marzo 2008)
Atributos de la percepción
Política
de la visión: es un delito enlazar la estética como forma de desvelamiento de
nuestras percepciones y un antídoto frente a un progreso insostenible.
Ese
lugar donde las palabras no pueden llegar, ese psicodrama analítico.
Refugio
de la música y la danza. Practicas del enfoque.
Reflexión
política: la sangre fluye por la noche.
(14 abril 2008)
Interruptores
Un día eléctrico, una fractura en el
espacio, la sensación atroz de padecer la humedad, que pesa tanto como pesa una
vida sin lucidez ni rebelión, un diálogo que pronto nos atrapará en el
laberinto de los ardores. Hay que salir, pero no sabemos dónde está la salida.
Se aceleran las pulsaciones de
nuestra ingenuidad; buscamos la correlación entre lo interior y el exterior.
Andamos errantes hasta que acaba el día. Encendemos los interruptores
emocionales, nos envuelve una sombra. Sombra que ensombrece la esperanza, la
inocencia. Y al final del día nos invade un presentimiento: lo nuevo está por
llegar.
(21 mayo 2008)
Hiperborea
Brazos abisales que surgen de mi voz, esencia pura de la poesia que anida en mi garganta. El ímpetu arrasador que desacelera, estamos en gravedad cero, somos paralíticos que confiesan sus limites. O el mensajero de una estrella desordenada. Conexiones de la noche, el halo de luz, divisiones que miran, eficaces redes y caparazones para vislumbrar silencios como radiaciones de lunas encarnecidas en el delirio de calles mojadas, voces que susurran palabras al oído.
Bárbara: estas aquí sólo para llevarte lo que te corresponde. Deja que mi voz hiera esa sensibilidad, el sinfín de voces atormentadas, puedes volverlo a sentir y comenzar el baile, ¿Somos libres?, tan sólo hay un lugar tras el parapeto. Las emociones ocultas sostienen los cuerpos en las cuerdas, un corazón enloquecido fuera de sí. El sabor agridulce de conocer sin gozar, sin probar lo prohibido.
Dulzura y sonrisa hiperbórea
(2008)
Bárbara: estas aquí sólo para llevarte lo que te corresponde. Deja que mi voz hiera esa sensibilidad, el sinfín de voces atormentadas, puedes volverlo a sentir y comenzar el baile, ¿Somos libres?, tan sólo hay un lugar tras el parapeto. Las emociones ocultas sostienen los cuerpos en las cuerdas, un corazón enloquecido fuera de sí. El sabor agridulce de conocer sin gozar, sin probar lo prohibido.
Dulzura y sonrisa hiperbórea
(2008)
Ojos acuáticos
Entre los silencios salados, entre las abluciones de los fieles idiotas se esconde la caverna de la abundancia, la doble piel y la lluvia impertinente o el grano del arroz sobre los tejidos. Son ilimitadas las figuras de gas que iluminan el pesimismo radical de los tejidos.
Bajo un sol de aceite yace un animal peludo sin pezuñas, su último colmillo, mitológico, es un diamante en el agua.
Alrededor, en otra calma se encuentra el príncipe, junto a las pinzas del cangrejo mutante, lame la espiral de la inocencia que hablaba de sangre entre las olas de esa playa nívea, vacía, de aguas verdes y cálidas donde descansaban tus ojos acuáticos.
(julio 2008)
Piel y luz naranja
Por esa calle nocturna, cargada de
luz naranja y sus ríos de maquinas sonoras, camina un hombre negro paseando a
su perrita, negra también. No sé porque pienso en su infancia cuando corría
desnudo en las praderas de Mali antes del ritual de los atardeceres, todo eso
perdido en busca de la justicia y la riqueza. Luz difusa redonda y lechosa,
fulgor de neón contempla el ojo miope, son tus fases lunares como las etapas
del hombre entre la melancolía y el esfuerzo por tirar del carro, noche de
cansancio acumulativa, pasta sanguinolenta que nos recuerda la materia de la
que estamos hechos, de palabras y sueños, de carne y versos, de recodos y
atajos en el calendario, grande el acto de la lírica en tus ojos con manchas,
intuyes vestigios en los nombres de los paseantes nocturnos por las calles
naranja, el vagabundo ocupa su portal de siempre, el viento no logró
expulsarle, ni los representantes de las normas, las religiones del poder,
arquitectos de lo inesperado, para luchar contra todos ellos estamos nosotros,
los que odiamos el comercio y regalamos las palabras que son caricias, que
arropan y cuidan.
(12 marzo 2009)
B-incapacidades
¿Qué sabemos
Hacer?, corrientes
y letanías lisérgicas. Las partes íntimas de Maldoror, el averno entre tus
piernas, el ocaso de tus senos, las arrugas de mi cuello, los labios mordidos y
amoratados. Duele fuerte, como un dolor de muelas en abril.
¿Creer qué
sabemos hacer?, eco
periódico, aliento moribundo, imágenes impensables antes del descubrimiento del
LSD. Era un especialista en carne desgarrada; el mal absoluto. El malvado que
no merece piedad, que no conoce la realidad, que no es valedor de derechos. Un
corcel crispado que recorre
la llanura de la pintura expresionista y sus ritmos de ejecución, efervescencia del
dolor y los poetas malditos regresando del exilio sangrando transición y
ejecución de todos los futuros imposibles.
¿Qué podemos
hacer?, La batalla como un tiempo parado,
sumergido, apenas perceptible. Un lugar donde ocurren extraños sucesos,
confidencias, disparates cósmicos que rompen flechas en los abisales bosques
perdidos de la psicología.
Los perdedores, los garantes del
fracaso tienen que redimir su culpa, pues es intensa.
¿Podemos querer qué?
(marzo2009)
El colmillo del tiempo
¿Y si es una parodia delirante y
organizada las acometidas, los remolinos de vértigo, la locura? Sueños de
salvación frente al espejo, admirar las bocas huecas y sin sentido que emiten
estos sonidos que no han existido hasta ahora. De la espalda de un ángel
ascienden alas rosadas, tras él, incesantes oleadas de insectos, más allá una
nadadora de pelo escarlata se abre paso entre ríos de sangre, un muchacho brota
tatuado con un pez bíblico, predestinado
al sacrificio, son ellas, las pesadillas en tintura de algas, la
representación, las criaturas del reflejo. Ideales y fantasías de un
depredador, muerte.
Oigo gemir las gotas de agua, golpear
la ventana hueca, la sangre latir y quejarse tras intervalos de súplica, letras
espesas por el volumen de odio emitido: el deseo. Mis palabras hablan con la
verdad, son los ojos del espejo-sangre que acuchillan de ternura, una imagen
necesaria que son carcajadas, voces y tiemblan, braman agobiadas por los ecos
del pasado ante la gran certeza, el anatema que no permite vivir este instante
de gloria. Son gritos que desbordan al perseguidor, son solicitudes de respeto,
rugidos que imploran para que le hagan un sitio en la batalla de los
perdedores, que le dejen al fin ser libre. La ignorancia es el infierno, pero no podemos ser libres, --sonrío,
porque tú también llegaras hasta aquí,. Y busco un rastro de ingenuidad en tus
gestos que rompan más que la vida frente a nosotros.
(junio 2009)
Mujer olorosa
En
el circo de la dependencia. Una mujer olorosa, de ojos metálicos con alas de
mariposa.
Hambrienta
de pastillas, abuchea a la luna con rabia de bestia libre, que se sirve del
salto para el gozo, que hace de testigo, que ama, la vemos reuniendo escombros.
Cuadrada, entre áridas piedras.
Humeantes los restos de sus posesiones.
(diciembre 2009)
Agujero sin llave en un baúl portátil (*)
Sobre nosotros un
cielo azul mestizo de nubes bulbo.
La mirada del ojo pineal en los jardines exangües
extensibles hasta la sombra de florestas pálidas, espectrales en un cielo
supremo con un silencio escandinavo. Una luz roja, señal de alarma en el
ombligo, son arpegios díscolos, son arenques que sacian el hambre de los
románticos; en la puerta bermellón suave un trovador dispara dardos,
afortunadamente sin puntería, mas no sirve de nada en este globo deprimente
donde la música ya ha cesado.
(*) de los Trópicos Millerianos
(18 marzo 2010)
Ex(aminados)
Viviremos examinados y refulgentes como
satélites de la NASA entre auroras boreales.
Viviremos en risibles balcones iluminados
por luz anaranjada, el futuro es un plazo fijo, una grieta en la segunda
residencia, unos niños sin antenas, los espejos helio-estáticos bailando al
ritmo de las cigarras.
Viajaremos desengañados por las noches de
la victoria espectacular. Habitaremos cámaras geométricas, feas y sin alma,
casas-neveras con abedules creciendo a su sombra, casas que son caras y se
inflan. El registro de los días marcará los ciclos, en un video retransmitirán
la imagen sagrada de Buda, no habrá madre que lave la ropa ni padre que pague
las facturas; un fax escupirá nominas amarillentas, un compartimento sucio en
la popa nos indicará que ya no hay naves que parten hacia Ítaca, no hay ovejas
en el camino, tampoco pastores, ni vecinos, ni soldados tras el combate, los
cajones, están llenos de pequeñas muñecas de plástico como metáforas de la
familia --la quincalla del ajuar—
Descubriremos una extraña conexión entre
la maldad y las películas de Walt Disney, que son ciertamente un delirante
mezcla de surrealismo y magia, cintas que alteraron a generaciones enteras.
Apología de un nazi. Siempre recordaremos la muerte de la madre de Bambi.
(25 abril 2010)
La riqueza mancha
1)
La riqueza mancha, es como ropa ligera, fibras que acarician y que rasgan, basura y suficiencia. Imagen especular o abrir los ojos a las sombras en la monotonía absoluta; indispensable el misterio, el trauma. Brotes que son dulces.
2)
Carencia de anuncios: Sincronizar con el peligro, de ser de uno mismo.
3)
La ciencia del Candirú, el espejo selvático y los niños de pieles malva, el infierno verde. Suaves colores para ensuciar jardines, trabajos de demolición del roble centenario.¿Será necesario verter colorante sobre tus manos limpias?
4)
Ciencia del sueño: el AGUA sabe ser un decodificador del destino.
Quien dice existencia dice nube
Inicio
o volver a la inocencia como regreso imposible, a la deriva de lo esencial.
Como resistencia hacia el narcotizador de cuerpos.
Paisajes construidos con el pavor. Tallar una senda en el
desierto, crear una línea, caminar sin ver, regresar hacia el corazón, que late
bravo ante el fuego, en la claridad de lo bueno, que no sabe del agua, ni del
paso del tiempo. Mi luz de lava reside presa entre sueños. El día
oculto por el cielo.
Mis palabras van abriendo
rutas de salobre por el bosque del lenguaje, por el desierto de los versos, los
labios frescos son el premio para el guerrero insumiso, acompañado por el
silencio y una calma infinita.
Exilio o tozudo accidente del tiempo, correlación de circunstancias inevitables, del viento oscuro y la inexperiencia.
Tantas realidades como ojos, escudos de agua que gustaban ser aire. Figuras de piedra que nos pesan y nos acusan. Una visión efímera de la tragedia humana.
¿a qué sabe mi inexplorado yo?
(octubre 2010)
El
alcor y las nubes equivalen a la sangre profunda, la esencia de las gargantas
que vigoriza la luna noctámbula, un ritual en la oscuridad que anuncia delicadas flores de hueso,
ondas amables que nunca serán de tristeza. Cantidades de especia en los pasajes
interiores esperando el amanecer del sol negro, el despertar del fénix.
Medianoche, cantidades de artlekus en los pasajes esperando el amanecer, la
anulación de la noche, esa tradición plena y candente entre
sombras húmedas. Erigirse lesbiana al despertar, ya cansada de los silencios y
los perfiles sociológicos de la ternura, todo lo que comporta enfrentarse a las
situaciones invisibles, a las miradas, a esa otra
mitad desconocida.
El enemigo al acecho, monte y valle como las formas de una Eva
primordial, inédita. En su mano izquierda un objeto sin definir, un elixir
bárbaro, la imagen que se difumina en la historia, o quizás un residuo del
sueño. No seré yo quien mueva la noria, quien dicte las leyes en el jardín
prohibido.
Nubes grises que avanzan
impulsadas por el deseo, hambre de saborear el momento de permanencia en la
cima y saltar con los ojos cerrados, sentir el miedo al caer, los efectos
simbólicos de la muerte en los recuerdos, cambiar la vida en un solo instante.
(noviembre
2010)
Espacios celestes
Antares es un lugar como otro cualquiera para la
representación de una trivial tragedia universal. Somos los náufragos del
sistema. Asistimos a la agonía de los soles concéntricos.
Estrellas
rugiendo, girando en el cielo, destellos que surgen y se apagan. Luces que bailan blancas como estelas alucinadas
ante los atónitos viajeros y junto a ellos el gladiador plúmbico de porte emético desfila (hemos sido capturados).
Náufragos en Antares, el caprichoso bocado rojo, la alfa del
escorpión.
Ella es una estrella, la número dieciséis entre las más
brillantes de la Vía Láctea.
Es
la noche del delirio, entre el neón de los locales y los desagravios de lo
irreal, heridos en el alma, sentimos un último soplo en la nuca, la
indelicadeza que muestran los enemigos hacia los condenados, otro trato
denigrante.
Ganimedes produce auroras fantásticas en los polos de
Júpiter. Rozan las hadas sus alas sobre el nitrógeno líquido. Vivir en una
gigante roja no reporta ningún privilegio.
Asistimos a la agonía de los soles concéntricos. Nada más por hacer, excepto disolvernos y
pensar si valió la pena.
(diciembre 2010)
Necesitamos poemas
Necesitamos
poemas o la geometría avanzada de las autopsias, mujeres y hombres de barro
entre zafiros, niños y niñas extraviados de cabellos rizados, flores de pólvora
sin control remoto. Despojamiento
en el alma, trabajar la espuma de tus pechos a
la orilla de los mares. Arrebato o la necesidad de sostener una orquídea. La
palabra risa es una sábana blanca escrita con sangre; los tulipanes son robados desde el
sur. Aves de paso.
En la materia oscura subyacen organismos
amenazantes manchados de
negro que se vuelven menta, la tierra blanca es parida por la magia. La poesía no nos
pertenece. Necesitamos la rebelión ¿paradigma, torpeza mental, un alimento necesario contra la
futilidad de la existencia?,
(enero
2011)
Treinta-y-tres
Todo era como para
morirse, todo era patético, requetepatético reiterativamente aburrido, de
vómito. Ya no era tan gracioso la profusión de bebosemencomepollas, los
eroplatos y las vaginas en pie de guerra ¿y si no fuera otra cosa que una
maldita imploración, la inevitabilidad de cantar una y otra vez la letanía del
sexo?, ora pro nobis, todo es una gran burla y a eso le llamaban Tradición.
Las mujeres sedientas son
temibles. Los borrachos bamboleaban entre la estupidez y los vapores
noctámbulos, los recuerdos son movedizos. Ya todo está escrito, el gran juego
es mantener la calma. Justamente eso baby, todo va bien, mantente firme, en
calma, imagina que nada malo puede suceder. Pon nuestra canción, la fuerza del
destino ordenará las pesadillas.
Epitafio kukurusi: una
habitación ardiendo con tres gatos negros que danzan suavemente al ritmo de
Satie, dos dieciséis, treinta-y-tres imposibles figuras en tus manos y no sabes
qué hacer con ellas.
El mar te mira, escupe tu
nombre, estúpida, --dice, ¡actúa¡
Esta es la noche de los
pulmones sin alma, del sonido gratis, de restablecer el desorden, de trabajar
con la imaginación.
(febrero 2011)
El nuevo día
Autorretrato con animal o la transformación de la escayola blanca en negro carbón mineral. Sin embargo, la experiencia es esa memoria de la nieve, del frío y de las ideas que surgen al calor de la respiración.Adiós y asombro.
A pesar de los buenos augurios la ausencia de alegría se tiñe de anaranjado nocturno, cuando el aire y el rugido del animal-metal languidece, todo se ha perdido. A pesar de estar enloquecidos por el virus del progreso los ciudadanos, hartos de permanecer escondidos en su rutinas atribuyen a la metafísica de la cultura rural la metamorfosis del entorno; algunos sagaces aguzan el oído. Sucede que al poco una nueva oportunidad será ofrecida: el nuevo día.
2011
Próxima parada, la
inocencia
Esta
noche de seco insomnio hay sangre y dolor, limaduras de hierro. Imágenes
delirantes.
Una
planicie infinita pintada de rojo amapola; el viento que sopla fuerte y no
paraliza.
Las
sombras son duras más allá de la celebración carnal, almacenes de dulzura.
Soñar con estepas, soñar con el amor perdidos en un laberinto mental.
Llegan
los saqueadores para ejecutar el REGISTRO del abismo. Los LLAMADOS
pseudo-humanos, aquellos valientes reptiles de plomo que necesitan tenerlo todo
bajo control.
El
invierno grita con rabia y exhala atrocidades feroces como lava ardiente.
Reclamo protección ante la inclemencia del mundo.
Talento
a raudales porque existen las preguntas. Sacos rotos de esperanza, entre el
mundo y la conciencia, ojos ultravioletas para traspasar lo evidente.
No
poner límite a los impulsos de la existencia. El idealismo está en el centro
mismo de la vida. las manos atadas ante el precipicio.
(septiembre 2011)
Poemas escritos entre
2000 y 2011
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