(contestando una reflexión
publicada en una red social)
Te entiendo amigo, yo también
quisiera soñar que estoy en otro sitio, piel junto a piel y los corazones
unidos, gozar aventuras asombrosas, contemplar las estrellas, habitar un jardín
no la celda a la que llamamos piso; pero estamos donde estamos, tenemos lo que
podemos conseguir o aferrar. Hasta es posible que estemos malditos por el
acumular cosas que nos esclavizan, y sospechamos que la libertad es tener
tiempo para hacer con él lo que nos apetezca, incluso no hacer nada si así lo
decidimos y que también libertad es desprenderse de aquello que poseemos.
Basta ya de estar
permanentemente ocupado con las tareas rutinarias, con las responsabilidades
impuestas por el juego de relaciones perversas que llamamos lo cotidiano, ¿nos
hacen felices o sólo nos entretienen?. En realidad –lo intuimos-- no
necesitamos la mayoría de las cosas que poseemos, en cambio si nos es preciso el
tiempo, tiempo precioso para pensar, para encontrarnos a nosotros mismos y con
los otros, eso es lo más importante y apenas le damos importancia.
Félix Menkar . 10 octubre 2012
de de "Sacudidas y Refracciones" (Apuntes y tramas sociológicos y entornos mentales)
De
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