7 de noviembre de 2010

Mujer del milenio


Mujer del milenio

Tus ojos hermosos
--lo sabemos-- esconden siglos de infamia.
Los estigmas, cadenas arrastradas
más profundos que tatuajes, se pliegan hasta los nódulos,
y son marca y vergüenza para la estirpe humana;
pero tu lenguaje aún emergente es odisea y gracia,
como el renacer de un nuevo ciclo.

Tuyo sin duda, es el futuro, hembra gloriosa,
aunque aún estés sufriendo, condenada
--como el resto de seres vivientes--,
aunque aún estés desgarrando a jirones los viejos dogmas
arrancando a dentelladas esas sanguinarias
costumbres arcaicas, esos modos que te hacen esclava.

Caminas, mujer del milenio, entre brumas,
soñando un lugar más allá de la barbarie,
exigiendo el obligado reconocimiento humano, social y cultural.
Tú, mujer, eres gema preciosa.
Necesitamos tu mirada altiva
que rasgue vergüenzas y fracasos.
Es preciso romper la fragilidad que conmueve,
la docilidad que esclaviza.

Deberíamos decir compañeras, pero decimos oponentes.
Deberíamos decir amigas, pero decimos adversarias.

Mujer del milenio, guerrera del amor y la no violencia,
usa esa fuerza que te dignifica,
que la ternura ocupe el lugar del matrimonio.
Símbolo preñado de esperanza, recipiente de vida,
una ardua tarea te espera si decides tomar las riendas de la esfera.
Grandes acciones esperan impacientes
el día que decidas tomar las riendas de la esfera.

En ese momento el aire podría ser sanado,
las sombras disolverse entre nuestras risas,
la burbuja protectora saltar en mil pedazos.

Hay heridas cicatrizando.
La fortaleza antes defendida
deberá ahora ser compartida.

Mujer del milenio, olvidemos para siempre
tanta ignominia depredadora.
Precisamos tu hálito, tu impulso, mujer,
que fuerces la confesión, la rendición
y la súplica de los líderes destronados.

Te necesitamos al frente, 
como un clamor,
como un rugido de alegría,
para recolectar ternura entre los fracasados
y que se unan voluntarios a tu causa,
mujer del milenio.
El amor debe vencer al rencor.
Juntos en la red podríamos sobrevivir al pavor,
si alcanzáramos a unir amor y utopía,
si pudiéramos construir antes de sucumbir.

Félix Menkar
21 diciembre 2007
poema nº 23 del poemario inédito "EL COLMILLO DEL TIEMPO"
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