19 de abril de 2010

SACUDIDAS y REFRACCIONES

Sacudidas (crónicas del desánimo). Refracciones o espejismos de la realidad.
Son la continuación a "Perímetro(Des)esperanza".
Son una nueva secuencia de textos socio-psico-filosóficos con espíritu critico, a veces serán proclamas o manifiestos, otras un burdo manual de instrucciones para recorrer ese paisaje desolador del universo de nuestros días, percibido e interpretado por este escribidor.

En estos escritos hay poca esperanza, en el sistema actual, en la sociedad y sus habitantes ¿les llamaremos seres humanos?

Son alaridos de resistencia hacia un cambio posible.

Félix Menkar

9 de abril de 2010

Nos educan como borregos, sin espíritu crítico


Calavera de diamantes. Damien Hirst


Las elecciones, los gustos no son algo que elegimos voluntariamente; en la mayoría de los casos están influenciados por los demás, por circunstancias emocionales, sociales y en gran medida por la presión ejercida por la crítica o por el mercado....o bien son producto del azar.

Las experiencias estéticas son imposibles de describir desde un punto de vista racional, pero ¿Son realmente nuestras?, ¿Tienen algo que ver con criterios, con valores propios?

¿Hasta qué punto somos dueños de ese sentimiento?. No se trata ni siquiera de estética ni de ideología, sino de la siguiente cuestión: ¿Son libres nuestras elecciones?, el continuo bombardeo de "opiniones legitimadas" nos deja un margen muy pequeño para elegir lo que nos gusta y lo que no, sin oportunidad de pasarlo por un filtro. ¿Dónde está situada la posibilidad de criba, ese escapar del gusto en serie, el poder elegir por uno mismo? En algún lugar apartado, bien escondido por los dueños del saber y la cultura que esperan así ofertar una variedad muy limitada de opciones, acorde a sus intereses de obtener un amplio beneficio económico.
Así pues la cuestión es que el gusto, el arte admirable, la belleza son asuntos que se aprenden, como tantas otras cosas, como tantos otros sentimientos, que nos dicen que son innatos y no lo son. Los valores estéticos, las modas, las apreciaciones de forma, lo que es bello o no lo es son cuestiones tan etéreas que el tiempo las termina por borrar y sólo persiste esa parte nuclear que verdaderamente nos da sentido como seres humanos, lo que verdaderamente merece la pena.

Félix Menkar, marzo 2010

1 de abril de 2010

Crónica de la Hemoficción


El manicomio se encuentra dentro, en su mente enferma, en los textos escritos del mexicano Trigos y adaptados por Mijares, son escritos de un demente. Su trabajo narrativo es elogiable al igual que la dirección y la representación, pero la tremenda exageración de las propuestas, esa provocación tan continua y superlativa sin dejar un respiro no convence (pasada la primera media hora, el estupor se convierte en ofensa). La pareja de hemoficcion utiliza descaradamente la seducción propia de los impulsos asesinos, la bajeza de lo primordial, lo instintivo del animal. Nos muestra un tipo de teatro sin futuro, sin esperanza, descarnado; es en cierta forma un retornar a la charca, al fango. Sin ser un experto en la materia, lo visto, sus propuestas lo situaría por un lado junto a eventos tipo "teatro pánico", a ciertas performances muy salvajes y cierto guiños a los trabajos de Angélica Lidell. 
Marxela --aparentemente-- es una puta marioneta en manos de un nazi y eso la hace digna de compasión; es teatro de la locura, introspección depresiva hasta la repugnancia. Obscenidad, instinto y locura, un desparrame de vísceras y carne, despojos humanos--lo que queda tras el fin de la razón--.
La Hemoficción es atrayente por las imágenes que proyecta provenientes de la desesperación, de la locura, lo decrepito que tiene cierto gancho, rugido y griterío bastardo; tristeza y desesperación, ausencia de empatía, solo doctrina y nihilismo creativo.
La pareja forma un curioso dúo sadomasoquista, se ríen del publico, lo maltratan, lo colocan al límite. Aquí en Valencia ante muy poco publico (apenas una decena de personas) han ofrecido dos funciones brutales y vomitivas, está claro que no les importa el dinero, apenas han recogido nada y se han entregado con la misma intensidad que si lo hubieran hecho ante más publico o en un ensayo. La dependencia entre ambos es enorme, ella, Marxela Etchichury actúa pero está continuamente abducida por Lorenzo Mijares que no la suelta; cuando el sólo es de él ocurre lo contrario; es una simbiosis en el paroxismo.
Todo el conjunto tiene algo de patetismo amargo, de histeria sectaria, sexo en escena, risas histéricas, arrebatos demoniacos y un desgaste actoral extenuante que deja a la actriz convertida en un pelele; para ellos será como un orgasmo hiperbólico pero sin alegría, es asomarse a un éxtasis en forma de precipicio, un teatro suicida y catártico. "Diana cazadora de cabezas" y "Contrasujeto" son obras trágicas, sin pizca de hedonismo, hay visceralidad, hay un ambiente de negatividad muy recargado y lo arrojan al público, así a lo bestia, sin ambages, sin humor. Artaud les aplaudiría con ganas.

--el viernes 29 de enero y el sábado 30 he asistido a un exclusivo show en el Café El Dorado MAE, de Valencia. Dos personas, director/actor y una actriz femenina muy histriónica: Hemoficción.

Félix Menkar, feb2010
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