13 de septiembre de 2014

Leer a Onetti

Foto de Garry Winogrand. Expo en el MET de NYC


Una visión oscura del ser humano que tendemos a negar, aunque sabemos por experiencia que eso forma parte de lo que somos. La condición humana y el mundo pueden ser vistos a veces como algo excelso, en muchos otros casos de forma negativa. Onetti lo ve así y lo traslada a sus obras que son pesimistas, una visión negra, atroz y desesperanzada. Sus personajes son fracasados, frustrados, gentes con ambiciones mediocres, irrisorias –como la mayoría--, solo unos pocos triunfan; en su literatura sentimos eso que llamamos el mal, una voluntad despectiva, una falta de solidaridad, de conmiseración con los demás, una necesidad de destruir, ensuciar, envilecer aquello que en si mismo ni es sucio ni vil, que representa la pureza o la belleza, o la generosidad. Son hombres y mujeres frustrados por su realidad que huyen a través de la ficción.

J.C.Onetti era un sedentario, casi nunca viajaba y si lo hacia se quedaba en su hotel con una novela negra y una botella de whisky, no necesitaba viajar.

Escribia cuando sentía la necesidad, en cualquier parte, sobre cualquier papel y a veces pasaba largas temporadas en blanco.

El escritor Vargas Llosa escribe como un oficinista que tiene relaciones conyugales con la literatura, metodicas, en cambio Onetti tiene lo que podríamos definir como relaciones adúlteras.

Onetti es un ser desvalido ante la vida, vulnerable y tímido, dotado de una gran inteligencia y gran cultura aunque no academica. Es un escrito indiferente ante el prestigio o el éxito.

“Escribir es una manera de vivir” aque dice Flaubert, eso era Onetti: un escritor autentico que se escondía y apartaba del mundo para vivir la literatura. Lo que no podía ser en la vida lo era en la literatura.

FMk. Sept. 2014
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