Ante tanto acumulador de
nombres y versos,
reivindico el desdén,
la ignorancia y el desprecio.
Ante esos gestores de la palabra,
profesionales de la poesía
imploro sencillez, humildad
menos retórica y más conciencia.
Los vemos coronados de suficiencia,
de autoridad y prestigio baladí.
Accionistas de eventos y presentaciones,
recolectores de plumas calladas,
que ordenan sentimientos con manos expertas.
Ritual de Perogrullo.
Marcando la distancia desde el atril
creyendo tener el monopolio
de las emociones y estar
por encima del resto de los mortales.
Falsos maestros, simples mercaderes
de sí mismos, la vanidad como producto,
Orgullosos cretinos que se creen iluminados:
referentes de una casta privilegiada.
Félix Menkar - 5 diciembre 2008
2 comentarios:
Estás peleón...
¡Qué bueno Félix! me gusta esa voz marcada y valiente
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