La poesía no lleva a ninguna parte
La
poesía no lleva a ninguna parte.
Intento
fundar mi propio alfabeto.
Prestigio
infundado: mi punto de vista
de
donde nunca vino nada bueno.
¡Enterrad
los cadáveres políticos!
Aunque
desentone siempre
llevo
el peso y el dolor de los míos,
el
paroxismo de la glándula venenosa,
la
resistencia infecunda,
la
risa y las bofetadas,
la
herejía inducida por el polvo y los dogmas
camaleónicos,
miserables.
Solidaridad
entre la hojalata del milenio.
Encarno
mis limitaciones con púas y dientes,
uso
los utensilios de un escritor
con
fondo pero sin forma.
Y
si algo he aprendido es,
que
el cometido de un exaltado
es
revolucionar la realidad
de
los intolerantes.
Félix Menkar
Diciembre 2006
1 comentario:
Sin embargo, la poesía me trajo a tu espléndido espacio, cumpliendo así la función ritual ¿de qué?
Saludos...
Publicar un comentario