10 de enero de 2012

Dos problemas nacionales



El problema social enquistado en nuestra cultura se llama envidia, somos recelosos de lo que hacen los demás, esta vigilancia hacia el otro nos ocupa más tiempo incluso que el que empleamos en seguir nuestro propio camino. El otro gran problema de este país es que hay un elevadísimo número de hijos de puta. Lo son los banqueros, los prejubilados de los antiguos monopolios del estado, los especuladores egoístas, los enchufados, los recomendados y aprovechados, los caciques y sus secuaces, los políticos en su inmensa mayoría, los obreros y autónomos con su miserable silencio para así hacer la cama al sistema opresor, los votantes de los partidos mayoritarios que defienden lo mismo, o sea que nada cambie, si acaso algún matiz para dar la impresión aparente de cambio para ue nada cambie. Una asfixiante generalidad defiende, apoya y preconiza el modelo, el comportamiento social de los hijos de puta y así tenemos que los que por naturaleza detestan esa actitud, por miedo se convierten en sus cómplices con su silencio. Nos queda ese puñado de victimas, carne de cañón que son losperdedores natos. Y esos ya tienen su estigma marcado.

No vivimos en un clima de consenso social, no vivimos en un país civilizado sino en un nido de ratas donde cada una tira por su lado, mordiendo a la de al lado para evitar que llegue antes a ningún sitio.
Fmk

1 comentario:

Poesía Salvaje dijo...

Cuánta grandísima razón tienes, amigo.

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