29 de marzo de 2009

El concurso

Ayer formé parte junto a otras siete personas y por tercera vez en mi vida como miembro de un jurado literario (la primera fue en Barcelona en 1979 trabajando para la revista Ajoblanco, la segunda en Terrassa en el evento de Mail Art “Art Postal Shoc” en 1988.
He de manifestar que ha sido una experiencia gratificante, una especie de sesión delirante al estilo camarote de los Hermanos Marx, donde entre los avatares del azar, el alcohol, a veces las risas y otras la gravedad, se manifiestan las aptitudes o carencias y las actitudes o conductas de los llamados seres presuntamente inteligentes o humanos (según otros). Me pareció un experimento sociológico interesante y curioso el constatar la débil línea que separa, en la mayoría de ocasiones un producto creativo de ser elegido o rechazado.
Me explico: hay propuestas evidentes y rotundas que son desechadas sin discusión y otras casi unánimemente seleccionadas, sin saber exactamente los motivos por los que coinciden personas de diferentes extractos y tendencias; pero también hay un gran número de ellas en las que se establecen discusiones y enfrentamientos y se elige un ganador/a por motivos espurios o caprichosos que en otro vector espacio temporal o circunstancia serian descalificados y como se tensan las posturas, los envites antes del consenso o el disenso. Quien es tolerante o inflexible, quien argumenta o es caprichoso….en fin las relaciones sociales en toda su amplia gama, con un gran componente azaroso.
A reseñar, varias curiosidades: mayoría de mujeres entre los concursantes (que no así entre los miembros del jurado), las diferencias en las respuestas a una convocatoria múltiple (o sea variable según la fuente de la inspiración), el nivel más bien discreto en la calidad y el resultado final, pero con buenas ideas, sugerentes, sin acabar de perfilarse; la tendencia acusada de decantarse por lo poético (conductismo y asociación de ideas) y la generosidad de los participantes y su buena voluntad contra todo pronostico ya que no había recompensa económica.
No todo se mueve por Don Dinero por estos lares alternativos.

1 comentario:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Félix:

ostias, compa, que leo tus últimas neosofías y me molan, me aportan y hasta coincidimos en algunos análisis.

Si, esa tarde deliberativa y de fallos (hasta doce) fue para mí divertidísima. Ayer comentabamos Ali y yo de juntarnos otra vez los ocho para analizar poisibles mejoras a futuras ocasiones. Yo propongo que Isaac revise las reservas de London Gyn, ya que me casqué media botella y no tenía de repuesto.



Un abrazote,

Víktor

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