5 de marzo de 2008

El hambre y las injusticias.

(sin imágenes, todos las conocemos de sobra)


Respecto a los dramáticos testimonios de injusticias y agravios hacia el llamado tercer mundo que persisten y se mantienen desde la colonización por parte de los imperios europeos del resto del mundo, debemos mantener una visión, una perspectiva alejada de la simple condena y de la constatación de lo pobrecitos que son, hay que intentar vencer la sensiblería, que mitiga nuestro vacío, que nos hace mas llevadera la existencia y nos permitir dormir por las noches pero que no resuelve nada realmente.
Es necesario un cambio radical de actitud, de mentalidad. Vivimos bien y derrochamos, estamos sobrealimentados gracias a la precariedad extrema de cuatro quintas partes del planeta. En la medida en que a cada instante no lo tengamos presente no hay nada que hacer. Si no estamos dispuestos a renunciar a nuestra riqueza, a perder el tiempo en estupideces, horteradas y no deseamos implicarnos profundamente ¿a quién intentamos engañar?, La cultura desde la base y esa tan afamada civilización nuestra están basadas en el miedo al otro, el desprecio, la diferencia y la distancia hacia los menos favorecidos; los estados, la educación, las religiones y las filosofías están sustentadas en la masacre y la competitividad, en la afrenta depredadora y en la esclavitud del hombre por el hombre.
Identificar (nos), ser conscientes y actuar. Estas son las tres fases para acometer el problema.
Identificar (nos): No debemos buscar solo responsabilidades en “ellos”, (los gobernantes, empresas, ejércitos, o medios de comunicación) todos nosotros somos cómplices, sobre nuestras conciencias pesan los millones de muertos y el tremendo dolor, por no haber sabido, por no haber podido evitarlo.
Ser conscientes, cuando viajamos con nuestros trenes o coches de alta tecnología, pensemos en las caminatas incesantes o en las bicis o trastos renqueantes que usan y padecen la inmensa mayoría; cuando derrochamos ingentes litros de agua, recordar que muchas mujeres caminan decenas de kilómetros para llenar una garrafa de liquido insalubre; cuando nos jactamos de nuestros pisos o adosados con jardín y garaje, tengamos la visión de centenares de millones de personas durmiendo bajo el adobe, el cartón o los desechos industriales; que con lo que se gasta uno de nuestros hijos en chuches se mantiene en África una familia entera durante una semana, etc
Actuar: Dejar de intervenir y explotar al tercer mundo, acabar con esa versión moderna de la trata de esclavos que es la emigración, dejar de venderles armas, de conspirar, de tratar a sus poblaciones peor que a los recursos que ocultan sus territorios. Boicotear a las multinacionales explotadoras y voraces, exigir una ayuda real al desarrollo de esas regiones, mejor la casilla del 0,7 % en la renta, que la otra destinada a una iglesia conspiradora y reaccionaria. Ofrecerles tecnología aplicada a sus necesidades y ayudar, ser coherentes y visitar el infierno, pero no desde las reservas turísticas sino desde la realidad, desde dentro; ejercer el voluntariado, educar con humildad, recibir sus tesoros de naturaleza y vida, más necesarios para nuestras mentes pueriles que los objetos de consumo que tanto amontonamos, aportar ingenio, talento o si no tenemos otra cosa: nuestras manos.
No permitir que caigan en el olvido. El olvido es la negación del problema. Usar el arte, las palabras afiladas con conciencia. SIEMPRE.

Félix Menkar. Marzo 2008

1 comentario:

Maribel Sánchez dijo...

Nada que añadir, en tus palabras está todo.

Saludos

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